Construcción de la ciudadanía 3ro B
Fecha: 26/03/2020
Clase: n°2
Docente: Maira Curtido
Contenido: 24 de marzo, día por la memoria, la verdad y la
justicia
Hola a todos y todas como ya saben por motivo del
coronavirus seguiremos manejándonos de esta manera, es importante tener en
cuenta que debemos respetar la cuarentena, tal vez deben estar aburridos o
tengan ganas de salir pero para cuidarse y cuidar al otro tenemos que quedarnos
en casa. Les mando un fuerte abrazo.
Para comenzar con la clase debemos resaltar que el 24 de
marzo pasado se conmemoró el inicio de la última dictadura cívico-militar
ocurrida en Argentina entre los años 1976 y 1983. El día por la memoria, la
verdad y la justicia, tiene como objetivo recordar y reflexionar sobre los
sucesos ocurridos en dicho periodo en el cual se instrumentó un plan
sistemático de secuestro, tortura y asesinato de miles de personas. Entre las
más claras violaciones a los derechos humanos, las mujeres embarazadas
secuestradas se vieron obligadas a dar a luz en la clandestinidad y sus hijos,
en muchos casos, fueron apropiados ilegalmente por los perpetradores.
Actividades:
1) Lee la carta de Rodolfo Walsh titulada “Carta a
las Juntas” y responde:
a) ¿Qué descripción hace sobre el gobierno?
b) Describe con tus palabras que te dice sobre el
contexto que estaba viviendo el país ¿Cuáles eran las medidas que tomaba la
junta? ¿Quiénes eran los más perjudicados? ¿Cuál fue el plan económico que impuso
la dictadura?, ¿cuáles fueron sus consecuencias?
c) Busca los siguientes conceptos: derechos,
identidad, democracia, manifestación. ¿cree que en el periodo se cumplían?,¿porque?
-Cita ejemplos de cada uno.
d) Investiga: ¿Quién era Rodolfo Walsh? ¿Qué sucedió
con él en la dictadura?
Carta abierta de un escritor a la Junta Militar
1. La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el
allanamiento de mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la
pérdida de una hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me
obligan a esta forma de expresión clandestina después de haber opinado
libremente como escritor y periodista durante casi treinta años.
El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un
balance de la acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo
que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son
crímenes y lo que omiten son calamidades.
Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo
civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al
pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que
ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no
sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a
millones de seres humanos con la miseria planificada.
En un año han reducido ustedes el salario real de los
trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%,
elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar
la canasta familiar 11, resucitando así formas de trabajo forzado que no
persisten ni en los últimos reductos coloniales.
Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben
en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva,
prohibiendo asambleas y comisiones internas, alargando horarios, elevando la
desocupación al récord del 9% prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos
despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la
era industrial, y cuando los trabajadores han querido protestar los han
calificados de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados que en
algunos casos aparecieron muertos, y en otros no aparecieron. 12
Los resultados de esa política han sido fulminantes. En este
primer año de gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40%, el de ropa
más del 50%, el de medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas
populares. Ya hay zonas del Gran Buenos Aires donde la mortalidad infantil
supera el 30%, cifra que nos iguala con Rhodesia, Dahomey o las Guayanas;
enfermedades como la diarrea estival, las parasitosis y hasta la rabia en que
las cifras trepan hacia marcas mundiales o las superan. Como si esas fueran
metas deseadas y buscadas, han reducido ustedes el presupuesto de la salud
pública a menos de un tercio de los gastos militares, suprimiendo hasta los
hospitales gratuitos mientras centenares de médicos, profesionales y técnicos
se suman al éxodo provocado por el terror, los bajos sueldos o la
«racionalización».
Basta andar unas horas por el Gran Buenos Aires para
comprobar la rapidez con que semejante política la convirtió en una villa
miseria de diez millones de habitantes. Ciudades a media luz, barrios enteros
sin agua porque las industrias monopólicas saquean las napas subterráneas,
millares de cuadras convertidas en un solo bache porque ustedes sólo pavimentan
los barrios militares y adornan la Plaza de Mayo, el río más grande del mundo
contaminado en todas sus playas porque los socios del ministro Martínez de Hoz
arrojan en él sus residuos industriales, y la única medida de gobierno que
ustedes han tomado es prohibir a la gente que se bañe.