Actividad 1
¡¡Buen día, chicos/as!!
¡¡Como todavía no los ví, les
quiero desear un excelente año!!
¡¡Comencemos!!
1°: La portada, más allá del
separador: Con todos los datos.
2° En la segunda página:
Criterios de Evaluación (título)
Se evaluarán los procesos de apropiación, lectura y
comprensión de los textos literarios y académicos estudiados durante el ciclo
lectivo, con particular atención a la regularidad, perseverancia sostenida y
compromiso.
* Facultad de leer y comprender textos interpretando las
consignas correctamente.
* Expresión oral y escrita con claridad conceptual e
incorporación de vocabulario trabajado en las clases.
* Atención y participación: Observaciones áulicas del
desempeño cotidiano.
* Cumplimiento del material solicitado para cada encuentro.
* Asistencia a las evaluaciones y resolución de las mismas.
* Informes escritos y orales de los alumnos.
* Trabajos prácticos áulicos y/o domiciliarios,
* Evaluaciones escritas previamente avisadas.
* Exposiciones orales con materiales acordes al tema
presentados con el formato solicitado.
Trazan una línea y ponen el
título de:
Actividades de Diagnóstico.
Diagnóstico
de tercer año
Texto A
Desde
hace más o menos un par de años se viene hablando mucho en España de algo que
antes nadie mencionaba: el mobbing o acoso laboral, que es ese maltrato
perverso y sistemático al que a veces te someten en tu empresa bien tus propios
jefes o bien algún compañero especialmente ruin, con el fin de comerte la
moral, volverte paranoico y deteriorarte de tal manera que te puedan quitar de
en medio fácilmente. Si es que tú no te quitas antes por tu cuenta y te
despides del trabajo por puro agotamiento. Aparte de que en bastantes casos se
han acreditado depresiones severas e incluso algún intento de suicidio.
Recientes estudios aseguran que entre el 11 y el 16 por ciento de la población
activa está país sometida a algún tipo
de acoso laboral, lo que supondría un mínimo de dos millones de personas. Como no
creo que seamos mucho más mezquinos y canallescos que la media de los ciudadanos
occidentales, me supongo que las cifras deben de ser más o menos semejantes en
todas partes. Desde que este fenómeno ha salido a la luz han empezado a
dispararse las denuncias judiciales, los procesos y las condenas a estos
pequeños mafiosos de oficina. Por ejemplo, hace un par de meses el Tribunal
Superior condenó a una empresa a pagar una indemnización de más de 70 mil
dólares a José P. G., de 52 años, al que la dueña del negocio siderúrgico en el
que trabajaba torturó psicológicamente hasta el paroxismo. De hecho, la mujer
llegó a pagar a los compañeros de José para que no le hablaran. Aislado y
humillado, el hombre estuvo tan deprimido que se intentó suicidar un par de
veces. Este caso es extremo, desde luego, pero sin duda el malestar laboral, el
abuso sistemático y el pisoteo de la dignidad personal son algo de lo más común
dentro del mundo del trabajo en esta bonita sociedad neocapitalista en la que
vivimos. Basta con llevar algún tiempo como asalariado para haber conocido
alguna vez presiones de este tipo. Por ejemplo, yo las he experimentado en dos
ocasiones; en la primera, un jefezuelo consiguió que yo misma me despidiera: me
marché a la calle y sin empleo a la vista para no seguir soportando su
estupidez malévola. En la segunda, una compañera me hizo la vida imposible
durante más de un año, hasta que fue contratada por otra empresa. Ganarás el
pan con el sudor de tu frente, trompetea la Biblia, y los muchos cretinos y
malvados que en el mundo hay están dispuestos a hacerte cumplir al pie de la
letra la maldición divina. Según los estudios, los acosadores suelen ser tipos
envidiosos con una capacidad intelectual y laboral más bien mediocre. Pero lo
verdaderamente fascinante de todo esto es constatar, una vez más, la magia y el
poder de las palabras. Hete aquí que, desde que hemos nombrado el hecho,
podemos asumir que el hecho existe. Ya digo que en el ámbito laboral siempre ha
habido casos de hostigamiento y de infelicidad aguda, pero antes el
comportamiento de los matones se agazapaba en las espesas sombras de lo no
reconocido, en la perfidia extrema de lo que no sucede oficialmente. Si el
acoso en el trabajo resulta tan desquiciante es porque suele ser sutil; porque
te hace creer que eres tú quien falla, tú eres quien no se adapta, tú quien
está imaginando cosas absurdas. ¡Pero si ni siquiera se lo podías contar a los
demás! Lo formidable de nombrar es que nos hace dueños de la realidad; y así,
conocer que el acoso laboral existe, y llevar a los matones ante los jueces.
Rosa Montero
1. Marcá con una cruz cuál es el sentido que
tienen en el texto las palabras en negrita.
ruin
paroxismo
constatar
|
tacaño
punto más extremo e intenso comprobar
|
despreciable por sus malas acciones exaltación extrema observar
|
pequeño
enfermedad
intensa hacer constar
|
2. Marque con una cruz la opción correcta. LUEGO JUSTIFICA
LA RESPUESTA
a) La
autora organiza el texto presentando su idea fundamental en el cuarto párrafo y
sus fundamentos en los otros párrafos.
b) La
autora no presenta en ningún lado la idea fundamental que desea probar.
(Mañana seguimos.)👀